La vida ha pasado por tu cuerpo como arena llevada por
el viento, tus arrugas y marcas de juventud culminaron tu apariencia como el
toque final de una gran obra.
Caminas entre el oscuro sendero de árboles, te duele
la espalda, los pies y el solitario corazón, pero no puedes hacer nada por
remediarlo.
La noche sigue corriendo y tu aun sigues caminando, no
puedes dejar de hacerlo… lo has hecho ya toda tu vida, te has acostumbrado a
ello, más que un hábito es una forma de vivir.
Te detienes, algo llama tu atención, un suave siseo de
entre los árboles, alguien susurra tu nombre, giras la cabeza y te adentras en
el acento del sonido. Caminas hacia aquel lugar y el vértigo se aprovecha de tu
debilidad, comienzas a caer por un profundo agujero. Te preguntas que sucede,
pero te es imposible responder.
“Tu juventud…” detienes tu caída al escuchar lo que él
tenía que decir
“Tu juventud…” el eco de sus melodiosos susurros te atrapan
en aquel lugar y él lo repite una y otra vez
“Tu juventud a cambio de mis dones” El ser terminó la
oración.
Tú no sabes quién te habla, todo está oscuro, más que
la noche por la cual padeciste y caíste. Preguntas quien es.
“Tu juventud por mis dones…” El volvió a decir sin
responderte
“Mi juventud a cambio de volar” Respondes a ver tu
final
“Tu deliciosa juventud… intenta soñar” Él dice al
final, antes de lanzarte de aquel lugar
Despiertas a la mitad del bosque, aun te sientes vivo,
a pesar de tu solitario corazón. Abres tus ojos, parpadeas varias veces y fijas
tu mirada en aquel árbol.
“Vuela” de nuevo aquel murmuro aparece
Has hecho el trato, tu escasa juventud a cambio de tu
sueño, tienes dudas, tienes que terminar con ello. Eso piensas cuando ves el
precipicio bajo tus pies.
¿Morirás?
Das un paso al frente y caes de nuevo. Los últimos
días has estado cayendo demasiado, deben ser las pastillas para el dolor que
tomas diariamente.
Pero, un momento. De alguna vez extiendes tus alas
escondidas, son de plumas ligeras e invisibles.
Te das cuenta de lo imposible. Estas volando, tienes
alas…
Tu juventud a cambio de volar…
¿Qué ha pasado por tu vida?
Ves un pequeño a lo lejos y sientes un impulso. Tienes
que hacerlo.
“Tu juventud por mis dones” dices, tu voz suena
seductora y apacible “Tu juventud por lo que quieras”
“¿Eres un árbol?” el niño responde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario