miércoles, 4 de diciembre de 2013

Wings









La vida ha pasado por tu cuerpo como arena llevada por el viento, tus arrugas y marcas de juventud culminaron tu apariencia como el toque final de una gran obra.
Caminas entre el oscuro sendero de árboles, te duele la espalda, los pies y el solitario corazón, pero no puedes hacer nada por remediarlo.
La noche sigue corriendo y tu aun sigues caminando, no puedes dejar de hacerlo… lo has hecho ya toda tu vida, te has acostumbrado a ello, más que un hábito es una forma de vivir.
Te detienes, algo llama tu atención, un suave siseo de entre los árboles, alguien susurra tu nombre, giras la cabeza y te adentras en el acento del sonido. Caminas hacia aquel lugar y el vértigo se aprovecha de tu debilidad, comienzas a caer por un profundo agujero. Te preguntas que sucede, pero te es imposible responder.
“Tu juventud…” detienes tu caída al escuchar lo que él tenía que decir
“Tu juventud…” el eco de sus melodiosos susurros te atrapan en aquel lugar y él lo repite una y otra vez
“Tu juventud a cambio de mis dones” El ser terminó la oración.
Tú no sabes quién te habla, todo está oscuro, más que la noche por la cual padeciste y caíste. Preguntas quien es.
“Tu juventud por mis dones…” El volvió a decir sin responderte
“Mi juventud a cambio de volar” Respondes a ver tu final
“Tu deliciosa juventud… intenta soñar” Él dice al final, antes de lanzarte de aquel lugar
Despiertas a la mitad del bosque, aun te sientes vivo, a pesar de tu solitario corazón. Abres tus ojos, parpadeas varias veces y fijas tu mirada en aquel árbol.
“Vuela” de nuevo aquel murmuro aparece
Has hecho el trato, tu escasa juventud a cambio de tu sueño, tienes dudas, tienes que terminar con ello. Eso piensas cuando ves el precipicio bajo tus pies.
¿Morirás?
Das un paso al frente y caes de nuevo. Los últimos días has estado cayendo demasiado, deben ser las pastillas para el dolor que tomas diariamente.
Pero, un momento. De alguna vez extiendes tus alas escondidas, son de plumas ligeras e invisibles.
Te das cuenta de lo imposible. Estas volando, tienes alas…
Tu juventud a cambio de volar…
¿Qué ha pasado por tu vida?
Ves un pequeño a lo lejos y sientes un impulso. Tienes que hacerlo.
“Tu juventud por mis dones” dices, tu voz suena seductora y apacible “Tu juventud por lo que quieras”
“¿Eres un árbol?” el niño responde.

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